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miércoles, 12 de enero de 2011

Al ritmo de los pedales

Antes de irnos de vacaciones, en Lastrend os venía hablando de diferentes modalidades deportivas para practicar a cubierto. Asi que seguimos este mes, que seguro, además, que nos viene bien tras unas navidades llenas de comidas fuertes y una amplia variedad de dulces. Así, esta semana, os voy a presentar un ejercicio que no es nuevo, pero que cada vez causa más furor y que se ha convertido en una de las ofertas principales de todos los gimnasios de España y más allá. Se trata del spinning, también llamado ciclo indoor, rpm o body bike. Una actividad en la que se pedalea al ritmo de la música, introduciendo gran cantidad de movimientos. Y es que ya no hay excusa para aburrirse encima de una bici estática.



El spinning es una marca original que creada por Johnny G en 1987. Este deportista buscaba un toque más motivador para las máquinas de ejercicio cardiovascular existente en los gimnasios, así como crear un método de entrenamiento divertido. Desde ese momento, esta modalidad se expandió rápidamente y, en poco tiempo, se convirtió en el ejercicio estrella de los gimnasios estadounidenses. El spinning llegó a España hace tan sólo unos seis años y se ha popularizado en los dos o tres últimos. En realidad, este ejercicio consiste en un programa de movimientos de intensidad variable, que pueden ir desde el pedaleo normal, hasta pedaleo con saltos.


Una sesión de spinning puede ir de los 45 a los 60 minutos, durante los cuales se va aumentando la intensidad de forma progresiva. Primero se comienza con un calentamiento para movilizar todas las articulaciones inferiores y se van aumentando las pulsaciones. Se comienza trabajando sin modificar la resistencia del pedaleo. Este calentamiento puede durar alrededor de 20 minutos. A partir de este momento, se busca el máximo rendimiento, aumentando la dureza de los ejercicios y la resitencia de la bicicleta. Durante esta parte, varían además la posición que la persona adopta en la bicicleta. Sentado plano (con los brazos levemente flexionados y las manos apoyadas sobre el manillar); parado plano (con los pies en los pedales y el cuerpo levantado), saltando, sentado ascendiendo y parado ascendiendo, son los movimientos básicos que se practican en el spinning. Una vez realizados los ejercicio de la parte principal, se pasa al enfriamiento de los músculos, pedaleando suavemente con la resitencia de los pedales al mínimo. Esta parte se completa con ejercicios de flexibilidad.


Para practicar el spinning sin riesgo de que se produzcan lesiones, es necesario tener en cuenta la colocación del sillín (debe estar a la altura de la cadera si te sitúas de pie al lado de la bici), del manillar y la distancia del sillín al manillar. Comprobando estos elementos, se podrá disfrutar más de la clase de spinning. Pero para sacarle todo el partido, a esta práctica se pueden controlar otros elementos, por ejemplo, utilizando un pulsómetro, que permitirá entrenar con mayor seguridad; controlar la técnica, hidratarse y emplear la ropa adecuada, que incluya guantes y una toalla pequeña. El spinning puede ser practicado por personas de cualquier edad y nivel, ya que es considerado un deporte de no impacto. Además, aporta una serie de beneficios en el organismo, tanto a nivel muscular, ya que se fortalecen piernas y caderas, al tiempo que permite evitar las varices; aporta beneficios para el corazón y los huesos, fortaleciéndolos; permite eliminar estrés y también es un buen ejercicio para aquellos que buscan adelgazar, porque en una sesión de spinning se pueden llegar a quemar de 500 a 1.000 calorías, lo que ha convertido este ejercicio en una de las actividades de mayor gasto calórico en la actualidad y de los más practicados. Además, es realmente divertido. Asi que, a pedalear!

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