Mostrando entradas con la etiqueta educacion. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta educacion. Mostrar todas las entradas

jueves, 8 de abril de 2010

Cabreada con el mundo

Pues sí... Cada vez odio más a la gente. No, no me he vuelto loca, pero ¿no os pasa que estáis cansad@s de ir a una cafetería, pedir algo, dar las gracias cuando te traen la consumición y que ni te miren? ¿no estáis hart@s de ir andando por la calle y que la gente no se eche a un lado para que podáis pasar? Y esto son sólo dos ejemplos. Pues yo sí. Gracias a la educación que me ha dado mi familia, suelo decir buenos días, pedir las cosas por favor, dar las gracias y ceder el asiento en el bus a personas mayores o mujeres embarazadas. Pero creo que soy una de las pocas personas que lo hace. Y os preguntaréis a que viene todo esto. Pues muy sencillo.


Ayer, aprovechando que hacía sol, mi novio y yo decidimos ir a dar un paseo en bici por el paseo marítimo de nuestra ciudad. Pero claro, el carril bici es casi nulo y se limita a dos miserables partes. Asi que si quieres ir a dar una vuelta en condiciones o te metes por la carretera, lo cual con el tráfico que hay en Coruña es casi un suicidio, o te metes por la acera, yendo con cuidado, frenando y tratando de no atropellar a nadie. Pero, ¿qué pasa cuando una niña, cuya madre está muy ocupada hablando con su amiga y pasando kilos y kilates de su hija, sale de la nada, corriendo y sin mirar hacia donde? Pues que tienes que frenar de golpe, tratando de mantener el equilibrio y no pegarte un tortazo y, lo más importante, intentando no llevarte a la niña por delante. Pero ojo, ni se te ocurra decirle a la niña que mire por dónde va, porque en ese momento salta la madre -sí, la misma que hasta ese momento no le estaba haciendo puñetero caso- a decirte que ese no es un carril-bici. A lo que le constestas que vigile a su hija y la cosa se pone peor.


Y a mi me da igual que la niña se meta delante y la madre me grite, si no sabe cuidar de su hija no es mi problema, pero me pregunto si la madre actuaría igual, sin en vez de casi comerme yo a la niña, la chavala en su despiste hubiera empujado a una anciana. Seguro que la madre corría a disculparse. Es por eso que estoy harta de la gente, de que no miren por dónde camina, de que se pare en el medio y medio de la calle sin mirar si viene alguien más y de que se le grite a la gente joven o a los que vamos en bici, con todo el cuidado posible. Por favor, un poco de educación nunca sobra y menos en esta sociedad en la que se están perdiendo valores como el respeto y la consideración hacia los demás.

miércoles, 7 de abril de 2010

Un poco duro, pero necesario

Leo hoy en El País: "Dos años de prisión a una madre por pegar a la profesora de su hija". Un juez de Barcelona ha condenado a una mujer a esta pena por "arrinconar, arañar y golpear" a una docente, al tiempo que la amenazaba de muerte. El magistrado ha decidido equiparar las agresiones que sufren los profesores con las que sufren los agentes de seguridad. Y aunque a simple vista pueda parecer un poco exagerado, creo que es una medida muy necesaria. De un tiempo a esta parte, se han perdido los papeles en nuestra sociedad: un padre no le puede pegar una colleja (ojo, jamás justificaría los malos tratos a los menores, pero soy de la teoría de que una torta a tiempo soluciona muchos problemas) por miedo a ser denunciado, pero sí que un padre puede pegar a un profesor cuando éste pretende ejercer un poco de disciplina.


Tengo 30 años, es decir, no he estudiado en tiempos donde a los profesores se les trataba de usted y el trato con ellos era totalmente impersonal. Al contrario, mi relación con mis profesores ha sido de tú a tú, llamándolos por su nombre y pudiendo tomar un café con ellos si te los encontrabas en una cafetería. Pero siempre he mantenido el respeto y la gente de mi generación y algunas posteriores también. Sin embargo, la situación que se da hoy en día en colegios e institutos escapa al raciocinio. ¿Cómo es posible que un niño de 14 años amenace a un profesor con pegarle si este lo echa de clase con motivo? Y lo que es aún peor, ¿cómo es posible que un padre agreda a un profesor por echar a su hijo de clase?


Esto era impensable cuando yo estudiaba. Pobre tuya si le levantabas la voz a un profesor que, además de aguantar el cabreo del susodicho, llegabas a casa y te caía una bronca como un mundo. Pero hoy en día se pierden las formas, el respeto y la autoridad de los docentes. Es por eso, que la sentencia dictada hoy por este juez no me parece nada descabellado. A ver si cunde el ejemplo y los profesores vuelven a tener el respeto que se merencen.

Noticia completa: El País.

Template by:

Free Blog Templates