jueves, 20 de enero de 2011

Bebida en lugar de comida

Anonadada me he quedado al descubrir que existe esta enfermedad que ha surgido entre las estrellas de Hollywood, a la que se les exige estar casi en los huesos para dar buena imagen y que se ha extendido entre jóvenes y no tan jóvenes. Se trata de la ebriorexia, un nuevo trastorno alimenticio que mezcla la bulimia y la anorexia con el alcoholismo. Las malas lenguas apuntan a Victoria Veckham o Lindsey Lohan como dos de las famosas que prescinden de la comida y se sustentan con las calorías que aporta el alcohol. Esta mala costumbre se empieza a extender a las adolescentes de todo el mundo que se someten a una abstinencia alimenticia voluntaria, beben y luego vomitan. En algunos casos más extremos, se mezcla el alcohol con drogas que inhiben el apetito.



La ebriorexia o drunkorexia, por su nombre en inglés, es una enfermedad relativamente nueva, que está empezando a despertar preocupación entre padres y especialistas. Este trastorno afecta especialmente a mujeres de 18 a 30 años y empezó a ser conocida cuando se empezó a ver a modelos y actrices públicamente ebrias y excesivamente delgada. La ebriorexia está ya catalogada como enfermedad de moda entre las famosas. Uno de los principales peligros de este trastorno, además del evidente de dejar de comer, pegarse atracones, vomitar e ingerir alcohol en dosis peligrosas, es que se centra en la aceptación social que tiene el alcohol. A esto se le suma que la delgadez, hoy en día, es casi una exigencia.


Precisamente, un reportaje realizado en abril del pasado año por Televisión Española, se recogía la influencia que la ebriorexia tiene en las adolescentes españolas. En este vídeo se puede escuchar frases escalofriantes como que "como el alcohol engorda tanto, te saltas la cena para equilibrar" o "si salimos pronto de fiesta, no solemos cenar. Son muchas calorías para el cuerpo". La situación es complicada de tratar, porque nadie se asusta si ve a un adolescente bebiendo los fines de semana ni que esté pendiente de su dieta. Es por ello, que el control de los padres a la hora de establecer horarios de comida, por ejemplo, es básico para evistar este tipo de enfermedades.


Para detectar la ebriorexia, es importante conocer sus síntomas, entre los que destacan hinchazón en el rostro, evidente deterioro físico debido al vómito, no suelen comer delante de otras personas y si lo hacen, comen de forma compulsiva, suelen darse largas duchas después de comer y beben a solas o a escondidas. Los efectos más peligros de esta enfermedad son el deterioro de las neuronas, la pérdida de la conciencia o distorsión de la realidad, conductas violentas o aislamiento social. Al ser una enfermedad reciente, aún no hay cifras exactas de cuántas mujeres en nuestro país padecen este trastorno, aunque ya hay asociaciones como Adaner que ayudan a las personas afectadas dando apoyo y ayuda para hablar de sus emociones. Porque detrás de todos los trastornos alimenticios se esconden problemas piscológicos graves, como una extremada autoexigencia, una exagerada necesidad de hacerlo todo a la perfección o una muy baja autoestima. Es por ello que el tratamiento de la ebriorexia no sólo se debe hacer a nivel físico, sino también a nivel psicológico. Escalofriante.

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